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“En Del Milagro de la Espera, Juan Matos -asumiendo la poesía como un modo de “sentirse seco cuando te llueve afuera”, parece haber descubierto la zona donde papel y palabras confluyen en un punto equilibrante para ofertar un producto lírico balanceado, de matiz muy personal e inscrito dentro del marco de la poesía convencional latinoamericana”.  -Franklin Gutiérrez, poeta, narrador y ensayista.

“El poeta Juan Matos nos endeuda, ofreciéndonos algo tan bello y huma-no como la intimidad, la certeza del flechazo poético, y el desangramiento de su memoria. Es atrayente la sencillez telúrica de su poesía, revelada con la simplicidad rítmica de Kiorai o Basho, maestros del haikú.  Pero también, estremecen las imágenes poéticas lúdicas… Leer este libro, es negarse a permanecer impasible, sin fragmentar el ser.” -Luis Peralta, narrador y ensayista.

“La plasticidad de las imágenes, el equilibrio entre lo verbal inventivo y lo comunicacional comprometido se maneja en los efluvios breves de Matos con elegancia y buen tino. Tienen fuerza creadora, agudeza en las observaciones y hermosas metáforas”. -Juan Freddy Armando, poeta y ensayista.

“Lo constante en todo este texto es la fusión infrangible de imagen y música, la visión cantante que logra expresar un deseo universal: el deseo, no de comprender ni sencillamente poseer lo amado, sino de ser íntimamente parte de lo amado… Lo que crea la magia de estos poemas es el sonido de palabras comunes que se deslizan y se enlazan línea tras línea como las parras del título”. -Rhina Espaillat, poeta, narradora y traductora.

“Hablar de amor en la poética de Juan Matos, es además de un mazazo en pleno pecho, todo un desbordamiento emocional contagioso. Su amor es realidad instintiva, física, brotadura directa, choque frontal, acto, realización sensorial, pensamiento y concepción. Es poesía que da razón de sí misma, mientras que con igual talante, depura y vivifica la idea alabada”. -José Segura, poeta y ensayista.

“La poética de Matos va contra la academia, porque es subversiva a las normas convencionales y academicistas y, sin embargo, en el fondo es cervantina. Telaraña es el tiempo es un poemario intenso, original, un testamento de los despojos que dejó la riada del tiempo, sobre cuyos escombros nace el follaje que reverdece en los amaneceres. Estamos, pues, frente a una obra para deleitarnos y conducirnos por las sutilezas y profundidades como sólo sabe hacerlo la buena poesía”. -Oscar Peña, poeta y ensayista.